Seguir un camino...

Seguir un camino...

Dicen que es fácil seguir un camino fijado. La rutina parece gustar a los humanos. Todos siguen cada día los mismos pasos, y sin embargo todos, aburridos, afirman que su vida no tiene emoción. Sin embargo, pocos quieren cambiar esa situación... A pocos les interesa moverse de un camino cómodo, que les lleva a estar contentos consigo mismos.

Cuando pienso en la sociedad Japonesa, en la que todo parece estar predispuesto por ley, me admiro de la capacidad japonesa de seguir las normas preestablecidas y aún así, ser capaces de pasarlo bien.
Un japonés nace, y llega hasta los 18 años sabiendo que los 4 años que le esperan en la Universidad poco le van a servir. En la Universidad no va a aprender un oficio, porque la mayoría de los universitarios nipones acaban trabajando como Salariman en un contexto diferente al que estudiaron. En Japón poco importa donde estudiaste si fue fuera de las Universidades de élite. Pocos te preguntarán qué estudiaste antes de llegar a una empresa que poco o nada tiene que ver con tu experiencia académica. Los japoneses continúan su vida como Salariman, para casarse poco después con esa chica bonita con una máscara de maquillaje, que conocieron en sus años de instituto y/o Universidad. Pasarán sus años trabajando para esa familia que han creado, mientras esa mujer se dedicará exclusívamente a su casa, su marido y sus hijos... y así acabarán sus días. Es el cúlmen del modelo de vida japonesa...
Pocos se salen de ese sistema. Y los pocos que lo hacen son mal considerados por sus colegas. Una mujer que no ha tenido hijos es considerada una fracasada, y ni que decir tiene una mujer que ni siquiera se ha casado. Son por así decirlo los "parias" de una sociedad que vive bajo el ritmo frenético de un sistema en el que lo que más se valora es el trabajo diario.
No obstante, ni Japón puede evitar que siempre haya grupos minoritarios de gente que quiere salirse de esa dinámica. Todos los conocemos, o hemos oído hablar de ellos alguna vez por su peculiaridad. Son los otaku, las lolita, los punky lovers... gentes que se juntan en las zonas tokyotas de Akihabara o Harajuku respectivamente, gentes que quieren expresarse fuera de los moldes...

Es curioso como en España no ocurre eso, sino al contrario. El joven medio español poco piensa en su futuro. Con suerte sabrá más o menos lo que quiere ser en la vida. El joven español vive en la incertidumbre. Primero porque no sabe si encontrará trabajo, segundo porque no quiere trabajar en algo ageno a sus estudios, tercero porque ciertamente poco le importa hacer nada si por el momento puede vivir de los pobres padres que siguen aguantándole a pesar de llevar 9 años intentando acabar una carrera.

Ni un sistema ni otro para mi es válido.

Cada cual debería hacerse un plan de futuro, o dos... Cada cual debería ser capaz de tener las agallas suficientes como para decidir por sí mismo sin presiones sociales, ni familiares, ni de amigos. Todos deberíamos ser capaces de decidir nuestro destino... De buscar nuestro camino...

Pero qué difícil es un camino que nosotros mismos desconocemos, ¿verdad? y qué miedo da pensar en el futuro...

Cosas como estas las pienso en un día como este...
Y aunque sé que puedo carecer de razón dependiendo de quién me lea.
También sé, que no soy la única que piensa esto.


Cuídense todos.